Los conductores que han ido a llenar sus tanques en la última semana seguramente notaron un reciente aumento en los precios de la gasolina en todo Canadá.
El aumento también se está viendo a nivel global, ya que el precio del petróleo está reaccionando principalmente a los últimos acontecimientos en Medio Oriente, especialmente al aumento de tensiones entre Irán e Israel, lo que ha generado preocupación de que otros países puedan verse involucrados, ya sea a través de la diplomacia o incluso mediante acciones militares.
Canadá obtiene un gran porcentaje de sus importaciones de petróleo —que luego se refina para producir gasolina— de fuentes del Medio Oriente, incluyendo Arabia Saudita y otras naciones del grupo OPEP+.
“Al final de la semana pasada, cuando Irán e Israel lanzaron ataques entre sí, vimos que los precios del petróleo subieron un 10 %, y ya estamos empezando a ver cómo eso se refleja en lo que pagan los canadienses en las estaciones de servicio”, dijo Patrick De Haan, analista de petróleo en GasBuddy.
“El promedio nacional aumentó unos dos centavos por litro en la última semana, y en las regiones del Atlántico o la costa oeste se vieron aumentos de tres a cuatro centavos por litro, con la posibilidad de que siga subiendo.”
El precio promedio por litro en Canadá se sitúa alrededor de $1.36 para gasolina regular, siendo Manitoba la provincia con el precio más bajo (unos $1.28) y Columbia Británica la más cara (alrededor de $1.55), según datos de GasBuddy.
¿Qué más está influyendo en los precios?
El precio del petróleo crudo suele fluctuar según la oferta y la demanda, es decir, cuántos barriles hay almacenados a nivel mundial para enviar en comparación con cuánto se necesita actualmente o se necesitará pronto.
La incertidumbre sobre la guerra comercial global y las políticas arancelarias del presidente de EE. UU., Donald Trump, también ha influido en los precios en el surtidor. Esto se debe a que las petroleras fijan precios basándose en lo que esperan que sea la demanda a corto plazo.
Muchos economistas han advertido que los aranceles podrían conducir a una recesión global, y una menor actividad económica suele traducirse en un menor consumo de combustible.
Con la expectativa, a inicios de la primavera, de que la demanda de combustible —y por ende, del petróleo crudo— disminuiría en caso de recesión, las empresas petroleras bajaron los precios.
“Cuando a la economía le va bien, también consumimos más petróleo. Pero si se espera una desaceleración, podríamos ver que los precios bajen”, dice De Haan.
“EE.UU. y su administración presidencial han estado cambiando su política comercial de forma agresiva. Todavía hay muchas posibilidades abiertas, y uno de los mayores factores ha sido ese cambio de políticas.”
A principios de abril, el precio promedio nacional de la gasolina en Canadá cayó a su punto más bajo del año hasta ese momento, apenas por debajo de $1.29, justo cuando Trump comenzó a aplicar aranceles a prácticamente todos los países.
A esto se sumó la decisión del primer ministro Mark Carney de eliminar el impuesto al carbono para consumidores, lo que redujo los precios de la gasolina casi de inmediato.
¿Un pico de verano?
Otro factor que podría elevar aún más los precios es el aumento de la demanda durante los meses de verano.
En esta época se incrementa el consumo de combustible para viajar en automóvil, avión, tren o barco, así como en vehículos recreativos como motos y cuatrimotos, e incluso en herramientas como motosierras o sopladores de hojas.
La demanda pico durante el verano se repite año tras año, por lo que las petroleras se preparan aumentando la producción y acumulando barriles para su distribución en los meses cálidos.
Aunque esto indica que los precios pueden subir pronto, también sugiere que podrían volver a bajar lentamente después del pico.
“A lo largo del verano, cuando se acumulan reservas y los refineros terminan el mantenimiento de temporada, los precios comienzan a estabilizarse y tienden a bajar levemente con el paso del verano”, dice De Haan.
“Así que los precios podrían volver a la normalidad si la situación en Medio Oriente se desescalara y no surgieran nuevos eventos… como la temporada de huracanes en EE.UU., que también puede afectar las refinerías.”